Mantener una buena relación con tu empleada

 In Servicio doméstico

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La relación entre empleada y empleador

Hoy en día son muchas las familias que optan por tener a una empleada del hogar en casa que asista con el trabajo de mantenimiento del hogar y se encargue de los niños en el tiempo que los padres no pueden estar en casa. Optar por esta opción es un paso delicado, donde se requiere de un tiempo de adaptación entre el empleado en el nuevo hogar, y la familia quien lo recibirá. Es por ello que a continuación brindamos algunos consejos para llevar una relación sana entre trabajador y empleador.

Consejos

En muchas ocasiones los problemas se presentan cuando las situaciones llegan a puntos críticos en la comunicación. Ninguna de las partes debe soportar situaciones extremas y la solución siempre será la comunicación franca y a tiempo. Ambas partes pueden estar dispuestas a tolerar este tipo de situaciones por evitar los largos tiempos y la dificultad de conseguir a una persona para el hogar en quien se pueda confiar.

Es también importante que la persona contratada tenga un excelente trato con los niños. Ellos deben ser tratados con respeto y dedicación. Sin embargo, el hecho del cuidado de los niños no debe ser un factor que impida realizar el resto de las labores del hogar. Es importante que tanto empleador como empleada estén al tanto de esos detalles, y si el empleador nota deficiencias, debe conversar con el trabajador con el fin de buscar una solución conjunta a la problemática.

El empleado debe evitar actitudes hostiles frente a los consejos dados por el jefe de casa, y estos consejos deben darse en tono de crítica constructiva y siempre manteniendo el respeto. Cualquier tipo de trabajo que se esté realizando de manera errada necesita una corrección por parte del superior, y la labor de quien cumple dicha tarea será corregir y tratar de conseguir el cometido esperado.

Una técnica que podría utilizar el empleador sería utilizando preguntas como ¿cómo podríamos hacer para que la cena esté lista más temprano y no tengas que irte a casa tan tarde?, ¿con que productos crees que podríamos tratar mejor este suelo para que quede mucho más limpio?, interrogantes que ayudaran a equilibrar situaciones de descontento.

Una actitud conciliadora

La actitud del empleado debe ser la de conciliar para obtener mejores resultados para ambas partes. Una vez conseguidos los objetivos, el contratante debe reforzar el comportamiento del trabajador de manera positiva, debe felicitarlo por el cambio y motivarle a ser mejor en sus labores.

Otra alternativa sería que el empleador mantenga reuniones constantes con su empleada con el fin de evitar que las correcciones sean vistas como “regaños” repentinos. En estas tertulias es importante que se discuta, no solo sobre los errores, sino también sobre los aciertos en el trabajo, de manera tal que el obrero no se sienta en una posición de ataque contra su ejercicio.

El trabajador debe estar consciente de que una corrección no es una reprimenda sino un incentivo a realizar de mejor manera sus labores diarias. De no existir un cambio de postura por parte del obrero, esto puede significar un deterioro en la relación con su empleador y esto podría ocasionar situaciones críticas que podrían terminar en un despido.

El punto clave es mantener una comunicación constante mutuamente, y sobre todo, mantener el respeto el uno por el otro en todo momento.

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